ACACIAS
Erguidas las acacias en ribera
de tierra, cual parterres
protectores
con ramas espinosas y sus flores,
blancas como de fina loza o cera.
Bajo el tórrido sol en capa fiera,
con su corteza tosca expande olores,
rehaciéndose la vida sin temores,
ofrece el alimento a quien quisiera.
Llorando su ramaje con las flores
concede dulce miel, al que pudiera
tomar dicho manjar cual surtidores.
De blanco color nácar que naciera
expone su belleza a moradores,
abeja cual manjar apeteciera.
Acacia justiciera.
Embriaga de color el horizonte
de pureza blanca, que adorna el
monte.
Roberto J. Martín
Enero 2019
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