CUANDO SE FUE MI MADRE
–El día de su cumpleaños-
Tú, te marchaste aquel día, el aroma
en mi jardín florecía. Y al viento
se propagaba el cariño, y tu aliento,
¡sí!, nos unía cual noray y maroma.
¿Si fue tu vida tan ágil paloma?
…duele el pesar del forzoso lamento,
al encontrar con tu abrigo el momento
que es el soñar por amor que retoma.
Me amamantaste con pena y quebranto
por el exceso de tiempo en postguerra
en aquel mundo que absorbía su llanto.
Un hueco enorme dejaste, sin manto
que cubrirnos, de tu ausencia que
aterra,
por
recordar tu voz, que aún suplanto.
Roberto J. Martín
1 de Noviembre 2017
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