ACTITUD
Rechazo
la venganza de los años
y
del recuerdo que deja la niñez,
prefiero
yo añorar lo que de antaño,
ya
de niño encontraba en la vejez.
El
hogar que acogía mi ilusión,
albergado
en los brazos de mi madre
momentos
que erigía de emoción,
la
entrega del regalo de mis
padres.
Recuerdo
rectitud en el camino
de
enseñanzas tenidas por maestros,
en
colegios y centro de destinos
y
en senos de hogares de los diestros.
Asumo
aquellas normas bien impuestas
por
mayores, que creaban nuestras normas
de
respeto, indicando sin propuestas,
en
una sociedad muy bien de
formas.
Respecto
a sociedad establecida
forzosamente
impuesta por mandato,
del
militar propuesto por la
brida,
y
una religión con más que boato.
Hechos
de las sotanas
convenidas
con
los aprovechados del momento,
que
de azules camisas decididas
en
sitios oportunos de
provecho.
Decidir
obediencia por mandato
imponiendo
amenazas represivas,
momentos
de locuras del cual beato,
con
casullas innobles
bendecidas.
No
sería el mandato, -que es Divino-,
que
mi Dios y mi Iglesia han ordenados,
para
gente creyente que
convino
en
espíritus libres
compensado.
Hoy
los hilos de plata en mi cabeza
me
confirman mis creencias ya de antiguo,
reflexivos
conceptos de nobleza,
en
sentencias honestas que santiguo,
Mi
venganza es luchar por la verdad,
contra
ese malicioso convidado
a
mesas con interés de medrar,
con
treinta y tres razones embozado.
Creo
en el Cristo que anduvo en el Jordán,
El
que curó enfermos y dio vida,
aquel
que convivió con
bondad
dio
comer al hambriento y al ciego vista.
La
vida es, en el hombre que es honesto,
ser
fiel a su palabra, y la actitud
con
los otros congéneres,
propuestos,
en
forma al convivir con prontitud.
Por
tanto mi venganza…¡las palabras!
vacías
sin sentidos decoradas,
veo
la vida sin más, cual campo labras,
mi
hombro dispuesto a dar por fin
morada
Roberto
J. Martín
Enero
2017
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