BELLEZA EN EL JARDIN.
El día
amanece claro
escuchamos
el jardín,
como
trinando ese pájaro
en fuente
con su verdín.
¡¡Como
salta el agua clara!!
en brocal y
alegría al fin
para
contemplar tu cara
y poder
copiarte a ti.
La Luna
oculta el semblante
para
darle celos al Sol,
sin saber,
que tú arrogante
iluminarás
cual farol,
recoges
su rayo ardiente,
como hace
el caracol,
sabes que
estoy pendiente
siguiéndote
cual girasol.
Te
pareces a las rosas
que junto
a ti cuidarán,
revolotean
mariposas
que ellas
libando están,
elegir la
más hermosa
y en ti
se posarán.
El color
de tus mejillas
ve, el
pájaro colibrí,
que
viendo tal maravilla
quiso fuese el alelí
miró
libar en tus labios,
y pensando
que era un clavel
él anidar sin agravios
pero escogió fijo al laurel.
Ahora
miro tu talle
como esa
brisa temprana
que
corriendo ese valle
mueve al
junco en la mañana.
Mirando
esas piernas, niña,
son dos
varitas de nardos
que
luciendo en la campiña
hasta el
agua va gritando.
Cuida de
tu pelo endrino,
no
enmarañes tal belleza,
que será
nuestro destino
enseñar
esta grandeza.
Esa
carita morena,
que celosa
la canela
tomando
el color que llena
de tu
cara en la acuarela,
del
pintor que te embellece
orgulloso
de su tela
mientras
su pintura crece
imprimirte
es lo que anhela.
Quisiera hermosa mujer,
tu
semblante y figura,
hilandera
para tejer
tu
belleza y lindura.
Roberto
J. Martín González
Málaga
22-09-2014
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