ELEGÍA AL AMOR
«Tercetos encadenados»
Quiero tener el amor en
mi mano
para así tallar su aroma y
sentir,
para ser cada día más
humano.
Y así seguir viviendo en
tu vivir,
sin ser un prisionero de
emociones,
para que el corazón, pueda
latir.
Llenar tus rojos labios de
atenciones,
que mi boca sangrante
entregará
millones impensables de
ilusiones.
En tu alma y corazón raudo
tendrá
tal cantidad de sueños
realizados,
que en tu pecho una rosa
albergará.
Quiero ver en tus ojos
asombrados,
y sentir la verdad de esa,
tu mente,
porqué me tienen más que
aprisionados.
Mi corazón no quiere estar
ausente
cobijándose en mí pecho,
ya austero,
sin jolgorios ni alardes
del presente.
Llegó pronto el cansancio,
lo primero,
pronta decisión por ti
tomada
de la muerte temprana de
un te quiero.
Que en mi pecho se
encuentra reservada,
para cuando volvieras,
regalarte,
una rosa de té
ensangrentada.
Cansada de preguntas
arrogantes,
de aduladores vacuos sin
criterio,
respuestas sin sentidos los instantes.
Se convierte en mazmorra
el cautiverio,
Y muy ávido de amor
verdadero,
solución buscada con
criterio.
Buscarte con el sueño de
un te quiero,
en mitad de un desierto de
la Luna,
para cuidar mí amor
carcelero.
Excavar con mis manos por
fortuna
en el suelo, tan duro cual diamante,
y mi amor se guardarse
como en urna.
No quisiera recordar como
amante,
tus palabras dichosas al
pensar
de mucho amor y halago tan
constante.
Mi deseo de poderte
acariciar
frente a mi corazón,
abrazar fuerte,
y a tu cintura y pecho
atenazar.
Para poder quererte y así
poseerte
en los sueños tenidos a
deshora,
porque esos no me impiden
el tenerte.
Esa fuerza que en mi ya se
atesora
de desventura y dicha del
momento
son esos los momentos que
enamora
ilusiones de un hombre y
sentimiento.
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